Hay preguntas para las cuales no hay una aparente respuesta clara de Dios hacia nosotros, a continuación veamos algunas de ellas:
Conozco a personas que le sirven a Dios y están padeciendo enfermedades terminales y se hacen la pregunta ¿Por qué a mí? Si examinamos la vida de ellas todo el tiempo le han servido a Dios, hay personas que se dedican a hacer cosas malas y ellas se encuentran sanas, pareciera que Dios es injusto y se complace en el sufrimiento de alguien, lo cual no es así.
Para las personas que tienen su negocio y aplican todas las reglas y lineamientos para que su empresa crezca y no pasa nada sorprendente, si no que al contrario va en decadencia y alguien que recién empezó un negocio informal (con respeto lo digo muchos no saben de negocios) se hace millonario de la noche a la mañana, parece injusto.
Hay una vacante en tu lugar de trabajo y decides hacerle el favor a un amigo(a) avisándole y recomendándole porque le ves en una grave necesidad y cuando esta persona comienza a trabajar se vuelve en tu contra, te pone en mal con tu jefe y hasta corres el riesgo de que te despidan, parece injusto.
Para las personas que aspiran a un cargo por elección, llenan todos los requisitos y tienen muy buenas intensiones y no son electos y hay otros, que llevan intensiones de lucrarse, sobornan y ellos si son electos, parece injusto.
Al hablar de estos y muchos otros casos pareciera que Dios no tiene el control y el poder para hacer que las buenas personas logren lo que quieren y los malos sí lo logran con éxito, para los que padecen sufrimiento y tienen la pregunta ¿por qué a mí? Déjeme decirle que un día Dios hará cuentas con este tipo de personas(las que hacen cosas malas) y tiene razones grandes porque hace pasar por ciertas situaciones que a su tiempo nos la hará saber.
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